jueves, 24 de septiembre de 2009

"En la oficina" Marion Roofus

Extracto capítulo 1.
"Aventuras y desventuras de un urbanita en el tejado"

Asqueroso. Así es como ha sido mi día hoy. Lo comencé calculando mal los cinco minutos que dejo que pasen desde que suena el despertador hasta que realmente me levanto. Hoy han sido quince, con lo que eso conlleva : perder el autobus de las 8:05 a.m y tener que cojer el de las 8.25 a.m, es decir el autobús abarrotado de niños que van al colegio con sus enormes mochilas colgadas a la espalda con las que te arrollan sin contemplaciones, y encima sin poder ir sentado. Por no hablar de que he llegado veinte minutos tarde al trabajo, y mi jefe ha vuelto a echarme la regañina. Hoy me ha dicho "David, tienes que implicarte más con la empresa, tienes demasiado volúmen de trabajo atascado, tienes que darle salida, optimizar tu trabajo, planificarte la semana desde casa tranquilamente los fines de semana. Fíjate en mí, en casa me llevo el portátil al baño y desde ahí adelanto trabajo y reviso el correo". Desde ese comentario he dejado de escucharle. La imagen mental de mi orondo y sudoroso jefe con los pantalones bajados y con el portatil sobre las rodillas me ha revuelto el estómago y se han bloqueado mis oidos. He bajado la mirada a la moqueta conteniendo una mueca de repugnancia, disimulándola con un gesto compungido. Él ha debido interpretarlo como un acto de arrepentimiento y obediencia, porque enseguida ha terminado su retaila. Cuando se ha hecho el silencio he dejado un par de segundos por ver si estaba esperando alguna respuesta, y es cuando me ha dicho "ahora vete a tu sitio y piensa en lo que te he dicho". Va a ser que no, he pensado. Cuando me he sentado en mi puesto de trabajo, y he encendido el ordenador, tenía en la bandeja de entrada ciento quince correos sin leer desde que me fui ayer a las 6.p.m. la mayoría de trabajo y sobre todo de mi jefe, y lo que es peor, ahora sabía que algun correo lo enviaría anoche desde el baño de su casa mientras hacía sus necesidades. Se me ha vuelto a revolver el estómago. El resto, correos cadena y bromas varias. Así que me he puesto manos a la obra: reenviar a mi lista de amigos (algunos hace años que ni veo ni llamo) todas las bromas y correos cadena. lo primero es lo primero.

1 comentario:

Jose dijo...

jajaja que bueno!!! quiero más!!! ya estas tardando en ponerlo