Son muchas las películas en las que los personajes de la factoría Disney deambulan por los tejados, unos tejados que siempre se nos presentan como un lugar en el que los protagonistas reflexionan, se replantean su vida, miran al horizonte, toman decisiones trascendentales en soledad, o viven momentos especiales y mágicos lejos de los ojos del mundo.
Por los tejados de París desfilaban "Los Aristogatos" en su camino de vuelta a casa guiados por el gato callejero Tomás O'Malley y por sus amigos músicos de Jazz.
Por los mismos tejados de París, recientemente hemos visto al protagonista de "Ratatouille", la rata Remy, quien sueña desde los tejados con convertirse en un gran chef francés a pesar de la oposición de su familia.
En París también (y van tres) un acomplejado y deprimido Quasimodo observa la vida desde lo alto del campanario, contemplando los tejados de una ciudad que se prepara para un Festival de Bufones, y es en ese campanario donde sus amigos las gárgolas le animan a bajar a la realidad, donde conocerá el amor.
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